Una semana post IA.
El equador del desespero.
Me siento como deshojando una margarita: que si, que no, que no, que no, que si... (hay que ser realistas, solo un 15% de éxito).
Es como en los dibujos el angelito y el demonio, estan manteniendo unas peleas brutales en mi mente.
A todo esto, influye lo que parece la "maldición de la Reproducción Asistida", los óvulos de progesterona.
Ella... Que parece taaaaaaan inofensiva. Una triste pastilla.
Después de habérmelas visto con sprais malignos y agujas desafiantes... Ella, tan tímida.... Me está volviendo loca.
Empezó manchando toooooda mi ropa interior.... Continuó hinchándome los pechos (de esto no me quejo, que conste). Me dejó zonas infestadas de prurito. Me hinchó el vientre. Me empezaron a doler los ovarios. Me subió la tensión. Me bajó la tensión. Me subió la temperatura...
Todos (o casi) síntomas que me dan esperanzas. Yo, que quería pasar estos días tranquila...
Pero no, está ella para llenarme de ilusión. Para que crea que puede ser posible.
Espero que no haya hostión.
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Quien soy yo
- De Aquí a la Maternidad
- Un bonito lugar, Spain
- De treinta y (muchos) años. Sirve decir que mi espíritu se mantiene joven y que los 40 son los nuevos 20?? Semi neurótica y controladora, una joya. Hace años, la frase que me caracterizaba, para acallar comentarios de la gente que me rodea ha sido "los niños, de lejos y en jaulas". Ahora es "tu me ves con ganas de no dormir en años?" Así evito explicaciones complicadas o directamente mentir descaradamente. No tengo ganas de explicar mis neuras.
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