Antes de ser madre tenía unas ideas sobre crianza, maternidad, lactancia... Ideas que, francamente, han variado totalmente en su gran mayoría.
No se, simplemente, al tener aquella personita, algo en mi cambió. No se si a mejor o no, pero que algo en mi ha cambiado, sin dudar.
Yo era de las que antes de parir, ante la pregunta "teta o biberón?" Contestaba que ya se vería, que probaría teta y si no, pues biberones. Siendo como soy, veía que había que "imponer" horarios, que no es "normal" comer de madrugada, que "el estómago debe descansar"...
De repente, en el paritorio, tuve la necesidad de poner mi personita a mamar, y se me fueron desmontando las teorías.
Algo en mi hizo "crac", los biberones no podían ser una opción. Cuando por un problema de bajada de azúcar me trajeron uno, lo miraba y fui incapaz de darlo. Yo puedo solucionarlo, soy capaz de solucionarlo. Pasé de horarios y di a demanda... Y por si acaso, también le di a oferta.
Los meses han ido pasando, 6 concretamente, y tengo muy claro que no hay horarios, que las noches son necesarias, solo estamos ella y yo, mirándonos, perdidas en el tiempo, sonriéndonos.
No todo ha sido un camino de rosas, obviamente, pero he estado segura de mis teorías desmontadas.
Como tantas otras...
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Quien soy yo
- De Aquí a la Maternidad
- Un bonito lugar, Spain
- De treinta y (muchos) años. Sirve decir que mi espíritu se mantiene joven y que los 40 son los nuevos 20?? Semi neurótica y controladora, una joya. Hace años, la frase que me caracterizaba, para acallar comentarios de la gente que me rodea ha sido "los niños, de lejos y en jaulas". Ahora es "tu me ves con ganas de no dormir en años?" Así evito explicaciones complicadas o directamente mentir descaradamente. No tengo ganas de explicar mis neuras.
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